miércoles, 31 de agosto de 2016

La última vista Al rosal.

¿Cuántas veces tengo que escribir tu nombre en la pared
para que se den cuenta de que estoy loco por ti?

...

Esta es la vuelta de tuerca que ha desencadenado la hecatombe
y mis tornillos 
son los vestigios de amores
a la luz de una bombilla fundida.

Quien nunca ha tirado una piedra al agua
no sabe a qué suenan sus ondas,
suenan a ti.

Quien nunca ha roto un plato
no sabe qué es comerte
con los dedos, en el suelo,
en el mismo suelo donde nací.

La fortuna nunca sonríe del todo
y en este juego faltan las fichas
que derrocamos, a la sombra
de falsos reyes y reinas, que creímos mesías
siendo, en verdad, mecenas.

Ni todos los perros van al cielo
ni todos los gatos caen de pie,
creer en el amor es la mentira más grande del mundo.

Prefiero vivir en la ignorancia para que cuando abra los ojos la impronta me invada.

Tú eres mi mundo y yo, yo soy un necio que baila al son de tus pasos.

¿Cuántos besos hay de tus olas a mi orilla?

...
Yo te lo digo, todos los que queramos,
aunque la puta de la luna nos separe
o haga que me comas empezando por los pies,
siempre nos quedará el primer beso
que se quedó en la estación de autobuses
donde regalé media vida
y cuarto y mitad de corazón.

He buscado las estrellas y me he caído de bruces
contra tu espalda,
el dolor es parte de la vida
y la nuestra comienza donde se murieron
todas las rosas.

Ahora date la vuelta y sopla fuerte,
el verano es la traición de la diástole
y tus manos el motor de mi sístole,

¿Quién dijo que no podía morder la mano que me daba de comer?

...

El ciclo se cierra sobre dos cuerpos maltrechos 
y una morgue llega a su cupo
con más rosas de las que pude contar,
llenas de agujeros de bala
de los cuales se escapaba mi último aliento
y exhalaba mi primera vida
mientras echo

una 

última

vista

Al

rosal.




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