martes, 23 de junio de 2015

La necesidad.

¿Conocéis esa necesidad de abrazar a alguien?
A todas horas, sin descanso,
jornada completa más turnos extra.

A mi me la robaron, dejaron sin ropa esa necesidad,
sin nada que pudiera llevarse a la boca,
la desahuciaron sin previo aviso,
no le quedaron ni las manos,
ni una por delante, ni otra por detrás.

Me habéis arrebatado mi necesidad de abrazar,
con cada cena cuando fui invitado,
con cada cine en la última fila,
con todos los "buenos días" y "buenas noches" enviados,
con cada mirada furtiva y besos clandestinos a escondidas,
en cada rosa,
en cada espina.

Me habéis arrancado mi necesidad de raíz,
La mía, que no la suya,
y esta noche solo quiero ser abrazado por ti, sin más.

Mañana cuando despertemos,
mañana ya,
el destino dirá.


jueves, 18 de junio de 2015

La imposibilidad del equilibrio.

Hoy es un día de esos
en los que tengo los nervios tan a flor de piel
que los estoy sudando
y no me hace falta tu calor para deshidratarme.

Un día de esos en los que saltaría al agua,
esperando que se apaguen todas tus llamadas y mensajes
y nadaría tanto,
tanto,
que cruzaría el mundo hasta llegar a tus espaldas
y así no estar en tu punto de mira.

Entiende que estoy acostumbrado a vivir sin las correas de una sociedad monógama.
Entiende,
que estoy acostumbrado
o cincelado,
a hacer lo que me dé la gana.

Hoy es un día de esos en los que te diría
que cogieras el coche,
que me apetece estrellarme contra el primer muro que viéramos,
que quiero que la hostia sea más grande que el amor a primera vista.
Y en el último segundo,
abriría la puerta y saltaría,
quedándome a solas con el mundo y mi locura.

Hoy es un día de esos en los que te abrazaría,
pero sin llegar a tocarte,
te miraría,
pero sin llegar a verte,
te besaría,
pero no te metería mano,
te diría adiós y me daría la vuelta,
pero sin perderte de vista.

Hoy es un día de esos en los que no te quiero ver,
pero al mismo tiempo me muero de ganas.


domingo, 7 de junio de 2015

La zorra de tu boca.

He encontrado eso que andáis buscando todos
como el que busca una fuente en un desierto,
una aguja tan perfecta en el pajar,
que pagaríais por ser pinchados con ella.
He encontrado a una musa
disfrazada en tu boca.

Y joder qué boca.

Si la vierais como yo sabríais de lo que habla Salem
cuando describe los andares de su felina,
es que no os hacéis una idea de lo bien que sabe,
se mueve,
y se relame.

Ni el culo más redondo puede asimilarse
a la curvatura de sus labios,
pero ya cuando sonríe...
joder, qué bien sonríe.
Las palabras que salen de ella son más palabras
solo por como se mueve al pronunciarlas,
que esa boca no habla, 
se folla el sonido,
joder, qué bien suena.


Pero cuando ella (tu boca) me besa,
qué coño, no besa, mata,
se puede sentir que ha merecido la pena
haberme cruzado con tantas otras
solo por notar la diferencia.
Y eso, solo con besarla,
no quiero pensar en otras cosas que puede hacerme
que el precipicio es muy alto y la hostia
puede ser tan fuerte como dulce y salvaje,
joder, qué bien besa.


Y es que hay tantas palabras que no salen de esa boca
que ya no sé si quiero que me hable o que me coma,
ambas cosas las ansío,
y joder, qué bien saben.

Lo que estoy tratando de decirte
es que venero tu boca,
como nunca he venerado nada,
que le dedicaba un rezo de piel a piel,
de labio a labio cada noche del tipo
"hágase tu voluntad, 
así en tu cama, 
como en mi cielo."