sábado, 23 de enero de 2016

La dama de hielo.

"Voy a hacer en tu honor
inventarios de pánico".
Vetusta Morla.

Sentirse reflejado en tu sexo
que nunca toqué,
al menos sin ropa.

Idealizar el polvo que nos faltó
y recrearse en el intento.

Ella tiene frío a pesar de estar siempre caliente
y no sabe vivir de otra forma
que no sea besando virtudes ajenas.

Sabe su camino, el bueno,
pero me hace ir por el malo,
hay quien lo llamaría mal karma,
yo lo llamo la cara oculta que te mira con recelo,
reniego de tu ingenio de cazadora
deseando convertirnos en nuestras propias presas.

Recuerdo que congelaste un pasillo de la facultad
en la última planta del cielo,
el césped que nos moja
los baños que nos secan
(perdón, donde nos secamos),
parejas inconscientes de un todo o nada,
cuando el todo es el siempre
y la nada es nuestro fin.


lunes, 18 de enero de 2016

Void.

Vienes para abrirme en canal,
desde el pecho hasta el ombligo,
cavas en mis órganos la estancia perfecta
y mientras yo, insensible al dolor, imposible,
cuento los segundos que me faltan para sentir
tu aliento dentro de mi caja torácica.

Hace tanto que tengo este invierno latiendo por dentro
que pensar en tus hogueras me acojona fuerte,
y este miedo me hace sonreír veranos de los años 90,
de forma semiconsciente,
como cuando leo tus buenos días.

Eres un día de temperaturas máximas
y al mismo tiempo un vaso de agua helada
y la mano que la ofrece
y las rodillas que se me clavan en tus costados,
qué malas son las ganas de meterme en ti
de un salto al vacío,
con los ojos morados y vendados por igual.

Me proclamo dueño de tus cosquillas
si tú lo haces de mis dolores,
te cedo todos mis derechos de autor
si prometes escribirme las buenas noches en mi espalda
siempre.

"Siempre es mucho tiempo...
...siempre es mucho tiempo...
...siempre es mucho tiempo",
resuena en mi cabeza,
pero ya te he dicho que me estoy desternillando de miedo
y que me encanta(s).


jueves, 14 de enero de 2016

El cadáver.

No todas las raíces beben agua,
las nuestras están hechas
para atravesar botellas de whisky y ron,
no encuentran límites
o no los quieren ver,
buscan a ciegas la risa perfecta
y descansan en arbustos de media noche.

Nuestras raíces reclaman atención
a piscinas llenas de gente vacía
que nunca dio un duro por nosotros.

El paso del tiempo siente miedo al ver,
como dos personas
hacen honor al credo de un asesino
y es que no se me ocurre nadie mejor
para hacer un salto de fe,
sin mirar tan siquiera al suelo por donde pisamos.

Dicen que si una amistad
dura tanto como la nuestra
es para siempre,
también dicen que nos han visto en los peores momentos de la vida
y que nosotros mismos hacemos de ellos los mejores.

Que digan lo que quieran,
ellos están muertos
y nosotros borrachos para variar.

Hay un capo de la mafia que espera que enterremos un cadáver
a la altura de la espuma de nuestras cervezas.

Coge una pala, que esta noche es larga,
tengo la clave para filosofar sobre arte moderno,
hacernos con todos,
elegir los hermanos de nuestra vida
y enterrar el cadáver que un día prometimos heredar.

Tenían razón,
todo estaba permitido
a pesar de que no existía la verdad.