"Triste epitafio a tanto esplendor,
sólo es eterno quien nunca existió".
Amaral.
Las Autoridades advierten
que tú y yo no estamos hechos de los mismo arañazos
y exponen
que el uso indebido de las noches que pasamos
puede afectar a las emociones con el tiempo
de forma negativa.
Las Autoridades recuerdan también
que quien juega con fuego
no pasa frío por las noches
(las autoridades son unas retorcidas).
Sinceramente, no sé a qué jugamos,
haciendo que nos importamos,
quizá me he creído el papel
o quizá es la interpretación de mi vida.
Las Autoridades aconsejan
que no pierda el tiempo con extraños
y que me deje de gilipolleces,
pero es que arrancarte las sonrisas es el primer premio para mi.
Las Autoridades son más listas
que el hambre que nos tenemos,
hambre de compañía,
que aleje la soledad a golpe de caricias
que no son reales pero sí necesarias.
Las Autoridades están hechas para jodernos la vida,
más de lo que ya hacemos nosotros,
y es que nos vamos a pegar
la última hostia del año
y ni siquiera lo vamos a sentir.
Hoy es el día en el que nos mueve la inercia
y nos frena el sentido común,
que olvidamos que siempre hay una letra pequeña en el contrato
y firmamos por una vida tranquila.
No, no eres para mi,
tampoco lo pido,
yo solo te enseño mi piel para joder a las Autoridades
y de paso jodernos a los dos,
si acaso llenamos algún vacío un día en estos.
Las Autoridades me la comen,
pero no tan bien como tú.
Las Autoridades declaran
que nunca vamos a llegar a nada,
porque ni nosotros mismo queremos,
ni estamos preparados para ello.
Las Autoridades declaran,
que no hay errores que más duelan
que no sean los propios
y que lo nuestro acabará antes o después.
Las Autoridades nunca tuvieron tanta razón
y a mi nunca me dio más igual,
que me quedo aquí,
a tu lado,
esperando el puñetazo de despedida que nos merecemos.
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