domingo, 28 de mayo de 2017

Epokhe

"El mismo vaso
sobre la mesilla de noche.
Un rumor de piel en la sala de cine".
Guille Galván


Marta apaga el despertador
y asesta un golpe definitivo a Oniria,
hoy prefiere coleta para que cuando se vean,
al viento no le den ganas de despeinar,
sale a su casa, entra en la vida.

Se ha vestido de triunfo
y disfraza cada duda,
se borra la inseguridad de la boca
con un pintalabios oscuro,
afila la mirada
y practica la sonrisa
sin enseñar los dientes, claro,
hoy no le apetece enamorar a nadie.

Marta se reparte el peso
de otros años en cada uña de color rojo vino,
ella lo sabe
no olvida pero calla.

Marta está cambiando de órbita
y cuando sale a la calle, todos giran
al reflejo de sus piercings.

Camina seria hasta el metro
pero en su interior las carcajadas 
suenan a cataratas imparables,
a agua rota contra las piedras 
y recuerda a quienes se dejaron 
caer por ellas.

Marta está enamorada de su héroe favorito,
amor al arte,
hoy es devota de una canción que le recuerda a ayer,
mañana será infiel a la melodía
matando a esta de mal de amores.

Marta sabe que algo no va bien
pero no tiene tiempo de arreglarlo,
todo el día decidiendo por dónde
pero sin llegar a hacerlo.

Marta habla encriptado,
siente fotografía,
brilla flash,
se acerca zoom
y sentencia disparando.

Es ciervo de cristal
en un mundo de cazadores ciegos.
Ella ve.

Marta se suelta el pelo
y la sonrisa.
Desarma a las bestias.


jueves, 18 de mayo de 2017

Ojalá, las flores.

Lo que duele,
lo que arrasa,
lo que mata.

Ojalá en las flores...

Lo que frena,
lo que dice no, pero ,
lo que asfixia.

Ojala en las flores...

Lo que despeña las lágrimas,
lo que anuda en la garganta,
lo que descose el alma.

Ojalá en las flores...

Lo que penetra,
lo que mancilla,
lo que mancha.

Ojalá en las flores...


Lo que asesina,
lo que desgarra,
lo que parte
y lo que se


                    cae.

Ojalá se pierda

entre todas las flores

de nuestro jardín.




lunes, 1 de mayo de 2017

Desde los talones.

En la boca de un niño todo es hambre.
Ángelo Néstore

A tu pie, tan espuma como playa.
Miguel Hernández

Sube algo por los talones,
por dentro del hueso,
te obliga a andar sobre una cuerda infinita
a infinitas hostias de altura.

Crecen hilos de las muñecas, de cada dedo,
de la coronilla,
me vuelvo títere
a la voluntad de su titiritero,
sin oponer resistencia alguna.

De la boca ya no salen palabras,
sólo amagos entre lo descomunal y lo insignificante,
las palabras sobran
porque nos hablamos con abrazos.

La gravedad se vuelve mito,
la teoría involuciona a la ley
y me encierro dentro de una nube
con el piloto automático
sujetando los rayos
de mis inevitables tempestades.

Muero cada segundo
de lo fuerte que me bombea el corazón
por tu causa,
me asusto por si un día para
y te pierdo de vista.

Los impulsos se estrellan a cada
instante,
mi carne busca la tuya
siempre,
como un recién nacido
al pecho rebosante de alimento
de su madre.

Y dejas de ver porque das tus ojos,
te los doy, cuídalos.
Y te acostumbras a buscar el camino
de baldosas marrón clarito,
resultado de la sinestesia,
confiando que estarás en mi final.

Sube el amor desde los talones
y yo me dejo subir con él
porque vivir en las alturas
significa "lo siento, pero te quiero".