Hay rosas cerradas,
rosas abiertas,
de todos los colores,
rojas,
blancas,
negras.
Hay rosas que están llenas de mierda,
y rosas tan vacías, que por no tener no tienen ni espinas.
Y luego hay rosas especiales,
que guardan todos los colores que comprenden tus ojos.
De esas rosas que nunca encuentras,
que no huelen a rosas como tal, huelen mejor.
Que no están abiertas ni cerradas, sino todo lo contrario.
Rosas que no saben que tienen espinas,
y que sus pétalos todavía son folios en blanco,
en los cuales caben cientos de poemas sin escribir.
Rosas que como tú, no podré arrancar,
solo me atrevo a oler,
pero no demasiado, no sea que me acostumbre
y me salgan llagas en mis manos.
Así que me quedo aquí,
en este tramo del camino,
haciendo caso a eso que dicen:
"En esta vida se pega todo menos lo bonito y el dinero".
Pues lo primero te sobra,
lo segundo me falta,
y lo malo ya vendrá,
pero no de mi mano.
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