lunes, 1 de mayo de 2017

Desde los talones.

En la boca de un niño todo es hambre.
Ángelo Néstore

A tu pie, tan espuma como playa.
Miguel Hernández

Sube algo por los talones,
por dentro del hueso,
te obliga a andar sobre una cuerda infinita
a infinitas hostias de altura.

Crecen hilos de las muñecas, de cada dedo,
de la coronilla,
me vuelvo títere
a la voluntad de su titiritero,
sin oponer resistencia alguna.

De la boca ya no salen palabras,
sólo amagos entre lo descomunal y lo insignificante,
las palabras sobran
porque nos hablamos con abrazos.

La gravedad se vuelve mito,
la teoría involuciona a la ley
y me encierro dentro de una nube
con el piloto automático
sujetando los rayos
de mis inevitables tempestades.

Muero cada segundo
de lo fuerte que me bombea el corazón
por tu causa,
me asusto por si un día para
y te pierdo de vista.

Los impulsos se estrellan a cada
instante,
mi carne busca la tuya
siempre,
como un recién nacido
al pecho rebosante de alimento
de su madre.

Y dejas de ver porque das tus ojos,
te los doy, cuídalos.
Y te acostumbras a buscar el camino
de baldosas marrón clarito,
resultado de la sinestesia,
confiando que estarás en mi final.

Sube el amor desde los talones
y yo me dejo subir con él
porque vivir en las alturas
significa "lo siento, pero te quiero".



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