domingo, 29 de marzo de 2015

Hoy lloro.

Hoy lloro,
lloro por todas las veces que me han partido el corazón,
lloro por cada minuto que dejé de ser yo, por ser tú (da igual el nombre),
lloro porque con cada lágrima se escapa mi dolor,
aunque en el fondo sé que no es verdad.

Estoy llorando por las veces que grité tu nombre en sueños
y me lo callé cuando estaba despierto.

Hoy lloro por todas las veces que nunca lo hice
o por todas las veces, que por tonto, lo hice demás.

Hoy lloro sin saber,
no sé si me quiero y te tengo que dejar ir,
no sé si te quiero y me tengo que despedir.

Hoy lloro por lo fuerte que me ha hecho la vida,
porque tendré el corazón roto, pero la piel es de acero.

Lloro por todas las veces que me equivoqué sin darme cuenta
y por todas las veces que me equivoqué porque quise.
Hoy lloro porque soy mejor persona,
porque no tendré amor, pero sí salud.
Hoy lloro por mi madre y su inquietud.

Lloro porque no tengo nada, pero tengo todo lo que la vida me regaló.
Hoy estoy llorando por todos los premios que el destino me concedió. 

Lloro por pena y por rabia
y no se si por amor o desamor,
sólo sé que estoy llorando
por todas las veces que gané
y me sentí como un perdedor.

Pero hoy lloro por orgullo,
que es la herida que más duele,
lloro por lo duro que puede ser
no convertirme en lo que más quieres.

No lloro por miedo a escribir estos versos,
es más, si lloro,
que sea por todo lo bueno que tengo.

Es hora de decir(te) adiós sin llorar,
es hora, de que mi cabeza y corazón,
sepan que sin tu ayuda, sólo yo,
pueda volver a volar.

jueves, 26 de marzo de 2015

Ella.

Hoy es ella,
ella y sus nervios,
ella y sus riesgos,
ella y sus amores,
ella y sus ganas de arañar las emociones,
ella, nosotros, tres corazones.

Hoy se come el futuro y a veces,
se atraganta con el pasado.

Ella que no espera,
agarra el mundo entre sus manos,
ella, os juro, que a veces, me desespera,
que explota e impregna
el aire que nos rodea.

Ella que nunca pisa fuerte
y nunca para quieta,
hoy es ella.

Ella que son risas y descaro,
ella que siempre llega como las estaciones
a pesar de las veces que se frena,
a pesar de todo,
hoy es ella.

Ella que a veces es aire y arte al mismo tiempo,
ella que no conoce nada y siente todo,
que me hace dudar de mis principios,
pero siempre está en mis finales.

Hoy y siempre,
es ella.

Su pelo, sonrisa e ímpetu,
Reina de Corazones, de arrebatos, nervios, adrenalina y poesía,
hoy es ella en estado puro.

Hoy es ella,
y doy gracias,
porque ella es mi amiga.


miércoles, 18 de marzo de 2015

Laberinto.

No sé quién lo hizo,
ni por qué está ahí,
no sé si fueron sus bocas
o si salió de mí.
No sé por que me encuentro tan perdido dentro de mi propio laberinto.

¿Quién tuvo la culpa?
¿Quién regó las rosas que cubren sus paredes?
Paredes tan fuertes,
como los lazos que me unen a mis amigos
y caminos tan largos,
como llevar a un primer amor al olvido.

Oigo el tic tac de un reloj allí dentro
y me pregunto si alguna vez se acabará nuestro tiempo.

En este laberinto pasas de ser dueño y señor a convertirte en un esclavo
de un corazón,
que ha sido herido.

Me encuentro caras conocidas que me dan la mano para buscar la salida,
sin saber que son las mismas que una vez me arrastraron hasta elcentro.

Caras y manos que se fían de que estaré mañana.
Y otras manos, que sin tocarme,
señalan la vía de escape (ser feliz).
¿Pero quién quiere escapar de su propio laberinto?
No, no estoy perdido, ya no,
es más, no estoy con vosotros,
sois vosotros los que estáis perdidos conmigo.
Caras y manos que se creen que mañana estaré aquí.

Caras y manos,
y manos y bocas
y bocas y ojos
y ojos, ojos que ya no me dicen nada,
creo que tienen las pupilas rotas.

Me voy ya del laberinto, lanzando besos
de cinismo y apatía,
pero siempre, siempre con una sonrisa,
sin que toquen mis pies el suelo,
y un día os daréis cuenta de que me habré ido
y no existan las huellas que delaten mi camino.

Hubiéramos tenido tres tronos para sentirnos como reyes,
el tuyo,
el mío
y el de nuestro futuro.

Ahora os toca a vosotros,
disfrutad del laberinto.




jueves, 5 de marzo de 2015

Matar dragones (De ascensos y caídas III)

Da igual matar dragones,
da igual nadar en volcanes
o intentar beberme los ríos,
no puedo seguir si no es contigo.

Como estar borracho,
sentado en el baño de un bar,
expuesto al público,
no consigo sonreír si no es contigo.

Y no consigo comprender
que no hay rosas de los vientos,
que no hay mares ni océanos,
que tuve siempre las de perder.
Que tus ojos me miraban pero nunca fui tu meta.

A día de hoy no me salen los versos
se ha roto mi espada con tus palabras,
me han dejado la boca tan seca
como el bolígrafo con el que escribo.

Tengo puñal de doble filo,
del que soy adicto a acariciar,
no me importan los cortes en los dedos,
no me importa la sangre que pierda,
no tengo miedo a desangrarme si lo he perdido todo.


Una vez me llamaron cocodrilo,
pero ya no sé si soy el mismo,
me has arrancado la piel,
dime qué sientes al llevarme puesto,
dime cómo voy a sentir el frío o el calor,
si ya no te tengo.

Debería de estar acostumbrado a escribir estos versos,
debería de estar acostumbrado a llorar escuchando canciones,
debería de estar acostumbrado,
debería,
sin conseguirlo,
a matar dragones.