viernes, 2 de noviembre de 2018

Ojalá en las cruces

Se ha desmontado el sol.
Quema, quema hasta la sangre.

Yo, yo que soy, que estoy
y que no aparezco en este sueño,
yo, recojo los pedazos que un día
encontré en mi baúl.

Un baúl que se presenta
cuando menos quieres meter las manos dentro.

Pero las metes,
las metes y te enfangas,
hasta los hombros,
te cubres de gloria,
los hombros donde duermen mis canarios
cuando no te están cantando al oído.

Te llenas de mierda
y de la garganta brotan hiedras,
por si algún día nos comemos la boca,
que no sea yo el único que sienta el veneno.

Daría mi voz por cerrar el baúl,
por hundir al niño, al padre
y al espíritu insano.
Por querer ser yo sin dientes
ni ganas.
Y cambiar la naturaleza salvaje
por el descanso inocuo.

Y ojalá en las flores 
encuentres toda la mierda que te envuelve
y te acompaña al grito.
Y te cubres de dolor.

Como siempre.

Que te acuerdes de mí le pido a la tierra
y a los hijos de las brujas.
Que te acuerdes cuando no quieras hacerlo,
seré tu okupa, tu parásito,
que te da las buenas noches
cuando venga el insomnio para acostarse contigo.

Y que escuches, que escuches mi voz regalada
desde tu baúl de fango
cantando como un canario "nunca te olvidaré"
a pesar de haberte envenenado con mis hiedras
con la mierda y con el espíritu insano, inocuo.

Ojalá en las flores encuentres un afecto de tu talla.



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