viernes, 27 de febrero de 2015

Enredos.

Todo empieza con el roce de nuestros pasos,
tus pupilas más desnudas que mi cuerpo,
y mi cuerpo, mi cuerpo deja de ser mío,
para ser de tus huellas.

Es una montaña rusa
empezamos a movernos,
nos preparamos,
cerramos los ojos,
sonreímos,
y despegamos.

Subidas, bajadas y giros radicales,
estamos borrachos,
pero nunca nos bebemos demasiado.

Somos una atracción que nunca acaba,
sin frenos una vez que ha empezado,
sin límites cuando nuestras mentes se enredan.

Y como las estaciones y las mareas
llega la conexión
y con ella la lucha
y las ganas,
y rozamos las estrellas con las manos.

Es la hora, partimos de viaje,
una travesía que nos lleva lejos,
sin dirección alguna y todas al mismo tiempo
voy a hacer de tu cuerpo
una rosa de los vientos.

Y la mar deja de estar en calma para estar en guerra
y la guerra llama al tifón,
tres, cuatro o cinco ciclones seguidos
que invaden tu cuerpo por dentro,
activación de los resortes necesarios
para hacerte volar
y llegar a nuestro destino,
acabamos de explotar,
nos hemos corrido.


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