sábado, 29 de agosto de 2015

Descansa.En.Mar.

Ansío mis soledades como condición de vida
y mis naufragios como punto de partida.

No es tanto el drama de surcar ríos
que desembocan en una noche trémula
que el drama de conseguir que no me estrelle suicida
contra las rocas de un día al borde de la extinción.

Nos hemos convertido en olas del mar
que sustituyen la espuma por saliva.

Soy un marinero mareado por el vaivén de una noche,
llena de vacíos legales en contratos
firmados a sabiendas
de que mi fe ciega me ofrece una visión déspota de un yo sin tú,
de un nosotros partido en dos cuyas piezas se desprecian,
de una necesidad de navegar sin tregua por tus piernas
en dirección contraria.

Me siento contrariado,
discernido,
encarecido por tantos nada que no llegan a todo.

Que de entre todos,
soy el primero que se hunde
siempre,
pero tranquilo,
que soy el único que flota.

Lo siento, 
pero la muerte me sienta de puta madre,
y más muerto que tus ganas 
no hay nadie salvo yo.

Sin un tú que nunca quise.



No hay comentarios:

Publicar un comentario