sábado, 15 de agosto de 2015

Y si te digo la verdad.

"La culpa la calma el castigo" .
Boza.

Tengo una doble moralidad que me ha permitido ser feliz antes y después de ti,
un camino por delante con las manos en los ojos,
la boca bien abierta para tragar toda la mierda que me dejaste
y una mochila llena de nada que tiene tu nombre.

Me he dado cuenta de que siempre fue mejor pasearnos el amor
a nivel del cielo cada vez que nos acostábamos
y dejar a la indiferencia actual fuera de juego,
pero siempre hay posibilidades de recuentros
y voy a disparar a quemarropa cada vez que se presente alguna.

Desde que camino sin ti,
no sé si alguna vez lo hice,
he tocado demasiados cuerpos buscando el mío propio
sin darme cuenta de que tú te lo llevaste.

Y si te digo la verdad,
ya no me hacen falta alfileres 
para sentir la punta de los dedos
desde que mis manos no te tocan.

También he tirado el puzle de mi vida a la basura,
me dejé la pieza del centro en tus pantalones
el día que no saque el corazón de tus bolsillos 
solo para sentirme más cerca de ti.

Y si te digo la verdad,
ya no lo quiero 
porque nunca me hizo falta algo tan insustancial.

Me encaro al dilema de si la felicidad es la ausencia de tristeza
o simplemente la ausencia de tu cara por las mañanas,
pero la ausencia se ha convertido en eso que me llena,
me desgarra,
me aviva
y me libera 
a partes iguales.

Y si te digo la verdad,
cerraría las ventanas de tus ojos
para que el sol no brille tanto en ellas
y no se te cayeran las lagrimas.

A pesar de que no te lo mereces.

Nuestro problema fue aceptar el sexo como animal de compañía,
sin saber que hay animales a los que se les quiere más que a las personas.
Y así pasa, que muerto el perro,
se acabo mi amor.

Y si te digo la verdad,
solo me queda una palabra para ti,
gracias.



No hay comentarios:

Publicar un comentario