viernes, 4 de marzo de 2016

Querido desconocido:

Podría describirte cada tarde
que pasé pensando en ti.
Seguro que ella también puede hacerlo.

Dejar todo rastro de búsqueda
vale menos que los momentos que compartimos
porque cada vez que te olvido,
vuelves.

No sé quién te ha dado permiso
para ser recuerdo,
creo que fue la curiosidad,
pero en esta historia todos los gatos 
siguen vivos
y yo, yo sigo preguntándome
cómo serás.

Te preguntaría si has encontrado
aquello que llaman amor
y a qué sabe.
Te preguntaría si tú
has preguntado por mi
como yo hago ahora.

Ya no me creo las lenguas,
tú y yo no nos parecemos,
no tenemos el mismo estómago,
en el mío todavía corre sangre
tu sangre
y en el tuyo corre un vacío de 24 años
que no volverán.

No sé si guardarte rencor,
lástima, admiración o intriga,
sinceramente no sé si guardarte.

Pero tengo una petición
para que pases de ella como has pasado de todo:

Ojalá, ojalá me conozcas
y te arrepientas,
ojalá te arrepientas mucho
y llores, si es que sabes
porque nos parecemos
y entonces, sólo entonces te diré
"no, no nos parecemos,
tú, has tenido la oportunidad
y no la has aprovechado.
Yo, lo estoy haciendo ahora".


No hay comentarios:

Publicar un comentario